jueves, 30 de septiembre de 2010

EL ARTE DE CONSTRUIR CARROZAS DE CARNAVAL

Este caimán fué modelado por el arte de Roy Pérez, quien es el personaje que abre sus inmensas fauses

Vía 40 con 85. En una bodega de 20 metros de profundidad se observan artesanos sudorosos, maquinarias, ensordecedores golpes de martillo, soldaduras saltando en chispazos y diferentes tipos de materiales tirados en el piso.

Una escena cotidiana como la que se vive en todos los sectores industriales del mundo. Ésta tiene de especial, sin embargo, que es el vientre del cual nacen uno de los mayores atractivos del Carnaval, sus carrozas.

A cuatro días de iniciarse la fiesta masiva más importante de Colombia sale a flote uno de sus secretos, el diseño de la carroza que transportará a la reina Marianna Schlegel. Su nombre es ‘Ceñida de agua y madurada al sol’ y fue concebida por el padre de la soberana, Adolfo Schlegel. Los responsables de llevar a la realidad el audaz proyecto son los arquitectos Orlando, Néstor, Ricardo Vieira y Elías Torné.

Audaz no es una palabra que está de más. El director operativo de construcción de carrozas, Guillermo Rivera, alabó el diseño definiéndolo como altamente conceptual, el cual rompe con las ideas que se han trabajado tradicionalmente. Es un concepto simétrico y modernista, alegoría de la ciudad llevada en olas por el río.

“Por esa razón puede que no le guste a todos—admitió—lo que si es seguro es que no pasará desapercibida”.

En construcción. ¿Cómo se inicia el proceso de fabricación de estas moles de madera, varillas e icopor? Elías Torné dice que todo se inicia con el tema en el cual se trabajará el diseño, que este año se titula ‘Carnaval, río y mar’.

Después de dirigir la convocatoria a los artistas o cualquier persona que desee competir con su diseño, se eligen los mejores para un total de 22 conceptos que se convertirán en carrozas. Estos modelos se muestran a los patrocinadores del Carnaval, proceso en el cual ellos eligen el que más les guste, realizando algunas anotaciones: suprimiendo o agregando detalles.

El diseño se adjudica a un carrocero (generalmente se elige al que creó el boceto original) que trabajará con un grupo de constructores.

Trabajadores diestros por la práctica constante, aseguran que “ninguna carroza nos pone problema”, dice Fernando Mercado, constructor con 40 años en el oficio.

El gran reto es vencer al tiempo. A pocos días de iniciar la gran fiesta, algunas carrozas están a medio comenzar. Pero no evidencian preocupación: “Más que trabajo esto es pasión por el Carnaval. Y si nos toca trasnochar para terminar lo haremos”, afirma Mercado.

Diseño, arte y concepto

Roy Pérez y Orlando Pertuz son dos artistas que han incorporado sus visiones conceptuales a las carrozas de Carnaval. Ambos se han alejado de esquemas como el ancho común de las carrozas, interviniendo trailer y tarima de tal forma que los incorporan al concepto general. Por esa razón, los motivos parecen simplemente que se les hubiera añadido ruedas.

De Pérez, el arquitecto Torné dice que hace “un gran trabajo: Por sus habilidades de escultor, sin planos, maneja directamente la proporción en el área en que fabrica. Podría decir que el año que viene podría manejarse solo en esto”, admite.

Este es el conceptual diseño de la Carroza de la Reina del carnaval

HISTORIA DEL FESTIVAL Y DEL SANJUANERO HUILENSE


"El Festival Nacional del Bambuco se inició en honor a San Juan Bautista. Un santo de la antigua Europa cristiana, que los españoles trajeron a América".

El término OPITA, es una expresión empleada generalmente, para designar al hombre procedente u oriundo del departamento del Huila, en el extremo sur del Magdalena. OPITA, a diferencia del gentilicio de Huilense, comporta un sentido esencialmente, cultural, como quiera que define al habitante del Huila en sus características más tradicionales, tales como laboriosidad, sencillez y honradez, sin dejar de lado cierta tendencia a la ingenuidad y a la pasividad.

La palabra OPITA procede de la expresión "OPA", empleada frecuentemente por el huilense, hasta hace poco, para saludar a quién se encontraba ocasionalmente; del mismo modo que hoy se emplean las formas "que hubo", "que hay", "hola".
En efecto, ante el encuentro con alguien en un mismo camino, por ejemplo, lo acostumbrado era decir "opa" sin llamar a la persona por el nombre. En el sur del Departamento aún se emplea esta expresión de saludo, que como lo indica el Diccionario de la Lengua (1994) es una voz para levantar, ¡aupa!, ¡upa!.

HISTORIA

Desde la época de la colonia, las Fiestas de San Juan y San Pedro, constituyen nuestra más orgullosa Tradición Cultural del Huila. Nacida de costumbres rurales y pueblerinas, esta celebración permanece como recuerdo de viejas tradiciones.

El Festival Nacional del Bambuco se inició en honor a San Juan Bautista. Un santo de la antigua Europa cristiana, que los españoles trajeron a América.

En 1790 el gobernador de esta provincia, don Lucas de Herazo ordeno la celebración de una fiesta especial como acción de obediencia al Rey de España. Se trataba de un jolgorio que se prolongaba durante 10 días en el mes de junio ordenándose una serie de actividades en las que intervenía el pueblo. Una de estas actividades era corrida de toros. También había participación de mojigangas que vienen a corresponder hoy día a las comparsas que debían contar con la participación del pueblo. Estas fiestas nacieron con el fin de celebrar "La Jura". Así se le llamaba entonces a la actividad de obediencia y respeto al Rey de España. Participaban todos los pueblos del departamento regido por la parroquia de cada uno. La tradición se extendió a punto de que el San Juan era una fiesta rural y el San Pedro una fiesta urbana; pero ambas estaban unidas por varios días de regocijos continuos.

Las fiestas duraban antiguamente ocho días distribuidos así: el 24 de junio San Juan, el 25 San Eloy, el 26 San Eloicito, el 27 San Churumbelo, el 29 San Pedro, el 30 San Pablo y el primero de Julio, San Pablito, San Churumbelo y San Churumbelito.El San Juan, 24 de junio, las campesinas amanecían estrenando en aguas de olán florido, vistosos collares de peonías espaciados con cuentecitas de azabache, escotes con pasamanerías y muchos encajes y perendengues.


Se celebraba en los campos, generalmente en forma de paseos familiares o de grupos, a la orilla de un río donde se establecía una "ranchería", luego del paseo, el asado tradicional.

El San Pedro 29 de junio se celebraba en el casco urbano del poblado y se caracterizaba por la cabalgata, la descabezadura de gallo, la vara de premio, la pólvora, aguardiente y música con la banda de viento. La segunda etapa de las fiestas sampedrinas surge a partir de 1952; se celebro en las antiguas instalaciones del club social con una animada fiesta, donde se presento en sociedad un conjunto de rajaleñas. Sin embargo los primeros indicios de la fiesta se remontan a 1956, donde se organizo el primer desfile típico por las calles de la ciudad.

Todos estos antecedentes, dieron pie a aprobar la Ordenanza 064 (27 de diciembre de 1960). Ordenando a la dirección de Turismo la organización del Reinado del Bambuco, abrir concursos con premios a los mejores conjuntos musicales, danzas folclóricas, carrozas, así como autorizando a la Licorera y al fisco departamental a cubrir los gastos de la organización de la fiesta y los de las candidatas participantes en el Reinado.El 7 de diciembre de 1959 la asamblea Departamental del Huila aprobó la Ordenanza No.44. Por la cual se fomenta el Festival Típico del Huila y se crea la Junta Folclórica Departamental. Así como autorizando a la Licorera y al fisco departamental a cubrir los gastos de la organización de la fiesta y los de las candidatas participantes en el Reinado.

Dan fe a su legalización el nacimiento de las Fiestas del San Juan y del San Pedro para celebrar "la jura" u obediencia al Rey de España Carlos IV y la ordenanza 064 de 1960 que ordenaba "a la dirección de turismo la organización del Reinado del Bambuco, abrir concursos con premios a los mejores conjuntos musicales, danzas folclóricas, carrozas.